OPTIN

Paz y derechos de la naturaleza

No me gusta utilizar este espacio para informar de proyectos o trabajos de los que formo parte, pues lo último que quisiera es que esta columna se pudiera tomar como un intento de autopromoción o autoelogio. Pero creo que el conocimiento por parte de la sociedad de algunas de las investigaciones o proyectos docentes que se llevan a cabo en la Universidad siempre es positivo, pues, por un lado, estoy convencido de que no hay nada peor que un mundo académico introspectivo y alejado de las inquietudes sociales del momento; y, por otro, está bien que los ciudadanos puedan conocer proyectos universitarios de cierto interés, aunque sea en los términos generales en los que cabe explicarlos en un foro de este tipo. Así que, teniendo en cuenta que escribo estas líneas el Día Mundial del Medio Ambiente, hoy es un día tan bueno como cualquier otro para hablar de uno de esos proyectos que me parecen especialmente interesantes, y que aborda cuestiones que a todos nos interesan, aunque probablemente desde una perspectiva que resulta desconocida para la mayoría. Se trata del proyecto para la formación de operadores transnacionales e interculturales en paz y derechos de la naturaleza (acrónimo OPTIN). Un proyecto Erasmus + capacity building, financiado por la Unión Europea y compuesto por un grupo de ocho universidades europeas e hispanoamericanas, coordinadas por la Universidad de Bolonia, y del cual forma parte un grupo de profesores de la UCLM que me honra dirigir.

El objetivo central del proyecto es la creación de una Maestría interuniversitaria que abordará esos temas (paz y derechos de la naturaleza), de especial trascendencia en Colombia y Ecuador, que son los países a los que pertenecen las universidades americanas que ofrecerán la maestría. No hace falta enfatizar la trascendencia de la cuestión de la paz en un país como Colombia, que vive todavía las consecuencias de décadas de violencia y de un proceso de paz siempre complejo y delicado, que demanda operadores cualificados. Quizá mayor explicación requiera la idea de los “derechos de la naturaleza”, algo que proclama expresamente un texto jurídico-constitucional como la Constitución ecuatoriana de 2008. Aunque cualquiera puede pensar que se trata de una idea vinculada a la protección medioambiental, en este caso no se trata del mismo concepto o perspectiva que desde hace décadas se conoce en el constitucionalismo europeo, sino que la idea de “derechos de la naturaleza” trata de unir el concepto de derechos humanos, indudablemente formado en el constitucionalismo occidental, con la idea indigenista de la naturaleza o Pacha Mama como ente con su propia identidad, que no nos pertenece, sino, al contrario, al que nosotros pertenecemos. Desde luego, esta combinación implica una revisión de parte de los fundamentos de conceptos jurídicos básicos, para extraer con rigor las posibles consecuencias. Y en eso estamos, intentando aportar nuestro granito de arena, y puedo decir que un proyecto como este nos obliga a cambiar muchos parámetros y perspectivas que creíamos consolidados, y así nos ayuda a evolucionar como investigadores y como personas…

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