Moderación y elecciones
No me negarán que, en período preelectoral, los partidos tienden a moderarse. Los dos grandes partidos estatales se cuidan mucho de disimular, suavizar, matizar o directamente renegar de los pactos con los partidos más radicales a su izquierda y derecha; e incluso estos siempre tratan de limar ciertas “aristas” que en otros períodos incluso enfatizan. A lo mejor resulta que, más allá de períodos de crisis o de distanciamiento entre electores y representantes (que casi siempre estos últimos se ganan “a pulso”), en realidad la mayor cantidad de ciudadanos tienen posturas más moderadas, o dicho de algún modo, las elecciones “se ganan por el centro”, y por eso en estos períodos todos tienden a mostrar su vertiente más moderada y políticamente correcta. Claro que esta hipótesis, formulada como mero observador “aficionado” al tema, puede contar con dos objeciones bastante evidentes: la primera, cómo es que, entonces, el partido más nítidamente ubicado en el centro acaba de desaparecer en España; la segunda, por qué cuando los partidos acceden al Gobierno suelen inmediatamente olvidar esa moderación y apuestan más bien por medidas más radicales.
Comenzando por lo primero, hay muchas posibilidades de interpretar el desplome de Ciudadanos, incluso contradictorias entre sí (para algunos, la falta de pactos con el PSOE; para otros, la falta de nitidez a la hora de definirse en uno u otro “lado” del espectro político), pero creo que una cosa es un partido y otra el espacio, y el análisis electoral más riguroso muestra que, casi siempre, el partido que ha logrado gobernar es el que logró atraer más voto centrado. A veces pactos que en campaña quitan el sueño se hacen realidad al día siguiente de las elecciones, pero esa es cuestión diferente. En cuanto a lo segundo, creo que hay muchos factores: las primarias cerradas han tendido a ser ganadas por los candidatos más radicales entre los que se presentaban, pero no hay que olvidar que los militantes de los parridos son una minoría de los ciudadanos, y probablemente no son los más moderados. Además de esto, no hay que dejar de considerar que la ruptura del bipartidismo ha dado enorme poder a partidos minoritarios que, a falta de una “bisagra” por el centro (único lugar imaginable) han sido los más extremos a izquierda y a derecha. Lo que suceda, lo veremos, pero si se cumpliera lo que vemos en campaña, y si además PP y PSIE lograsen algunos acuerdos básicos… tendríamos sin duda gobiernos más moderados.
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