Mil y pico apuntes sobre el amor
No sé hoy en día, pero cuando yo era “más joven” algunos teníamos la costumbre de anotar citas. Yo, en particular, apuntaba las que me gustaban en una carpeta, que todavía conservo. Pero lo que tiene mucho más mérito es que una persona de mi edad -imposible ocultarlo, porque estudiamos juntos- mantuviera esa afición durante muchos años; y no solo eso, sino que se haya dado a la tarea mucho más compleja de seleccionar, ordenar, sistematizar y clasificar muchas de esas citas, en concreto las que abordan el siempre apasionante e inagotable tema del amor. Pues bien, eso es exactamente lo que ha hecho Gema López del Pozo, logrando un libro delicioso e imprescindible, cuyo título es el que utilizo esta semana para este comentario. Es un libro publicado en régimen de impresión bajo demanda, y de él hay una edición especial que conmemora los 25 años de la primera promoción de licenciados en Derecho por la Universidad de Castilla-La Mancha en Toledo, evento al que en su día dediqué un “miradero”, del cual Gema ha tenida la idea -que agradezco- de tomar una cita para esa edición. He tenido, como a veces sucede, el libro en mi mesa unos meses hasta que he encontrado el momento de arrancar a leerlo, y desde ese momento lo he hecho en dos ratos, que sin duda han resultado muy agradables, sobre todo porque esta lectura me ha conducido, como cabe imaginar, a reflexionar sobre el amor en todas sus dimensiones, al tiempo que, inconscientemente, rebuscaba en el baúl de los recuerdos y revisaba mi vida entera hasta el momento actual, llegando a la conclusión de que no podría entender esa vida sin el amor.
En realidad, esos “mil y pico apuntes” son exactamente 1754 citas, de una gran cantidad de autores, desde San Pablo a Rabindranath Tagore, desde Ramón de Campoamor a Séneca, desde Bécquer a Kant, desde San Juan de la Cruz a… Gema López, que cuenta también con algunas hermosas participaciones. Todos estos textos se clasifican en 40 capítulos, que repasan la mayor parte de las dimensiones del amor, y por tanto incluyen el desamor, el odio, el dolor, la felicidad, la pasión, el placer, el amor a la patria, el amor platónico, el amor a Dios, el amor entre padres e hijos, la amistad… y un largo etcétera. No tendría sentido intentar aquí una selección; pero para no dejar al lector “con la miel en los labios” no me resisto a dar unas pocas muestras, como esta de Detouche: “La vida es un mal, pero el amor y la amistad son potentes anestésicos”, o esta de Gema López: “Si crees que ya no puedes dar más amor del que ofreces, es que ya no amas lo suficiente”. Porque, en palabras de Anne Morrow, “Solo el amor puede dividirse una y otra vez sin disminuir”; o, dicho por Tagore: “Quien camina una legua sin amor, se dirige a su propio funeral”. Puedo decir que, tras la lectura de este libro, me he sentido dichoso pensando en que indudablemente el privilegio de amar es lo mejor de esta vida.