Luz tras las tinieblas
He escrito y dicho “alguna cosa” sobre la Constitución y su reforma en los últimos años; y sobre su cuadragésimo aniversario, llevo ya más de un año expresando mi valoración. Así que, para ser sincero, había pensado dedicar a cualquier otro tema esta semana en que efectivamente se cumplen cuatro décadas desde el referéndum en el que masivamente fue ratificada por el pueblo; no tanto por “tomarme vacaciones” (bien saben mis lectores que esta columna es quizá la única actividad que no abandono nunca), sino por no resultar reiterativo, ni cansar más de la cuenta. Pero he aquí que hace algunos días llegó a mi poder un libro excelente y delicioso, titulado “Luz tras las tinieblas. Vindicación de la España constitucional”, editado por Alianza en este mismo año 2018, y del que es autor mi colega y amigo Roberto Blanco Valdés, catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela. Decidí darle prioridad sobre la siempre repleta pila de libros que tengo para leer, porque el tema y el índice me sugerían una obra del mayor interés, y también porque sigo al autor, y todo lo que ha escrito me ha gustado y me ha servido para aprender. Para el que tenga interés, y entre tantos otros trabajos, casi siempre en Alianza, está el imprescindible y magnífico “El valor de la Constitución”, pero también “La construcción de la libertad”, “Nacionalidades históricas y regiones sin historia” o “Los rostros del federalismo”.
Pero “Luz tras las tinieblas” es una recomendación especialmente oportuna para este momento y este espacio, porque su autor -como suele hacer- se logra explicar combinando magistralmente el absoluto rigor académico y la claridad expositiva. La sencillez y la claridad del lenguaje hacen que la obra sea perfectamente comprensible por no juristas, e incluso yo creo que está principalmente dirigida a personas con inquietudes por el tema, pero no especialistas en él. Sin desvelar más, debo decir que comparto con el autor buena parte de su enfoque, según el cual “la democracia actual ha sido, sin ningún género de dudas, la de más alta calidad de nuestra historia. Y la España constitucional posterior a 1978, la mejor España que jamás haya existido” (p. 51). Y si bien hay no pocas cosas que pueden mejorarse -y reformarse-, la reforma territorial que se necesita no resolvería el principal problema que tenemos, porque -no se puede decir más claro- “eso que se llama encaje territorial no puede funcionar si hay fuerzas políticas cuyo éxito depende de una sociedad desencajada” (p. 253). En fin, este 6 de diciembre no me apetecía volver a repetirme con críticas y valoraciones. Pero sí “sentir” esta fiesta, y sentir también que la inmensa mayoría de mis compatriotas comparten mi sentimiento, saben que hay motivos para celebrar, porque, tras demasiado tiempo de “tinieblas” nuestra carta magna nos trajo la luz. La lectura de este libro de Roberto Blanco sin duda les hará disfrutar, y entender la verdadera justificación de esta fiesta, en la que tantos motivos tenemos para compartir la satisfacción de sabernos parte de una misma comunidad, cuyo fundamento es -¡ahora sí!- una sólida democracia y los derechos humanos.
Fuente de la imagen: https://www.alianzaeditorial.es/libro.php?id=4185775&id_col=100508&id_subcol=100517