De niño a leyenda
Admirado “Niño”: aunque ya lo hice cuando se fue al Liverpool, me parece que está justificado que le dedique un nuevo artículo. Eso sí, manteniendo esa regla inquebrantable de no repetirme ni copiarme a mí mismo. Por eso, esta vez voy a tratar de dejar a un lado mis sobradamente conocidos sentimientos atléticos. Y quisiera centrarme en el hecho de que los deportistas, por encima de muchos otros colectivos, constituyen una referencia o modelo para muchas personas, y especialmente para muchos jóvenes. Por eso es muy importante que, más allá de demostrar (y a veces exhibir) sus sobresalientes condiciones físicas, sepan transmitir ciertos valores. Por suerte, creo que entre los deportistas españoles hay más de uno que resulta admirable por ello. Pero me temo que en el fútbol esa característica no es tan frecuente, de tal manera que nuestros niños terminan percibiendo, las más de las veces, el “no ejemplo” del nivel de vida que llevan, los cochazos y las cambiantes parejas. Cuando no la soberbia o la presunción con la que algunos se expresan. Y no seré yo quien cuestione el derecho de cada uno a llevar la vida que quiera, pero lo bueno sería que haya otra cosa que transmitir: el ejemplo de calidad humana, de capacidad de lucha, de superación, y (no solo en el fútbol) valores como la fidelidad, la lealtad o el sentimiento de “familia” o de “comunidad” (esto último muy importante en un deporte de equipo).
A mi juicio, usted, aquel “niño” que se ha transformado en leyenda, según el eslogan de estos días, es una excelente muestra de todo lo anterior. Estuvo en el equipo en segunda división, cuando otros se hubieran ido. Cuando se fue, no pensó solo en su dinero, sino mucho más en el que necesitaba el club: el Atleti y usted tuvieron que crecer temporalmente por separado. Se negó rotundamente a celebrar el único gol que le marcó al Atleti con la camiseta del Chelsea. Y a su regreso, ha luchado como uno más, nunca ha reclamado nada, y ha aceptado sin el menor atisbo de queja la decisión del entrenador de ir dándole cada vez menos minutos. Después de haber marcado el gol en la final con la que la selección española inició su senda más gloriosa, ganar el europeo y el mundial, la Champions y la Europa League, ha reconocido que esta Europa League con el Atleti es para usted, en el plano emocional, el más importante de sus títulos. Todo un ejemplo de lealtad, de sentimiento, de nobleza, de coraje y de humildad. Ha demostrado que se puede ser un gran profesional y no renunciar jamás a los sentimientos ni a los valores. Merece el homenaje del último partido de liga con su doblete, y cualquier otro que se le haga. Mucha suerte, Niño. Mucha suerte, don Fernando, legendario Torres. Hasta pronto.
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