Cosillas electorales
Me parece que los temas electorales van a mantener cierto protagonismo en las próximas semanas, por razones fácilmente comprensibles. Los acontecimientos se agolpan, y he decir que la semana pasada apunté comentar algo sobre la cuestión del voto por correo para este “miradero” postelectoral, pero desde entonces… los resultados de las elecciones y la nueva convocatoria electoral han hecho casi olvidar el revuelo generado por el asunto de los presuntos fraudes en el voto por correo en algunos lugares. Esta semana he atendido casi a diario a diversos medios interesados en cuestiones electorales, cosa que hago siempre con gusto entendiendo que forma parte de mi función, que más allá de las aulas debe extenderse a la explicación y divulgación de los temas que trabajamos, cuando hay interés social en ellos. Así que, aunque sea telegráficamente, dedicaré la columna de esta semana a lo que había previsto, y quizá a alguna cosita más…
Comenzando por el voto por correo, hay que aclarar que tenemos un sistema bastante garantista y en el que no faltan controles y vías para la corrección y sanción del fraude. El verdadero problema de la posible compra de votos es que alguien esté dispuesto a vender su voto por 50 euros, lo cual no creíamos que pudiera suceder en un país occidental. Pero si esto sucede, puede darse el caso en el voto por correo e incluso en el voto presencial, como sabemos que ha sucedido a veces en otros países. Basta que alguien esté dispuesto a pagar por un voto ajeno y alguien a recibir por ceder el voto, a partir de ahí todo es posible y el sentido del voto se puede acreditar de mil maneras posibles. De nuevo, la clave está en la formación democrática, de la que creo que cada vez estamos más carentes. Dicho lo anterior, si la práctica demuestra que hay un pequeño “agujero” en nuestra regulación del voto por correo, hay fórmulas para resolverlo mediante una reforma legal. En suma, sobre este tema, no creo que hayamos tenido ni tengamos un grave problema que ponga en tela de juicio la legitimidad de los resultados electorales, pero nunca de está de más observar y hacer el seguimiento de estas incidencias, valorando posibles reformas. En cuanto a las elecciones de julio… sin duda parece que van a ser singulares por varios motivos, y uno de ellos -hasta el punto de que parece ser la pregunta se la semana- es si cabe eximirse de la obligación de formar parte de una mesa electoral por vacaciones. La respuesta genérica es no, en principio solo son causas justificadas las previstas por la Junta Electoral Central en una Instrucción de 2011, y no está incluida esta. Ni creo que como tal deba estarlo, aunque en ciertos casos singulares no sería irrazonable la exención cuando existan gastos importantes y no reembolsables, a cuenta de un viaje contratado antes de la convocatoria electoral. Sería un caso próximo al de eventos familiares de especial relevancia, sí previsto, pero… para incluir los gastos vacacionales, la propia Junta tendría que modificar su instrucción. De momento, me parece que poco se puede hacer si se da el caso. Así que suerte a mis lectores y electores en el sorteo de las mesas… y otro día diremos algo más.