Algo de fútbol
Dicen que la política hace extraños compañeros de cama, pero no me digan que el fútbol no provoca a veces situaciones igualmente insólitas. Después de varios días de “convulsión” tras la propuesta de Superliga europea, y tras notorias deserciones, en el proyecto casi solo se mantenían… el Madrid y el Barça, rivales aparentemente irreconciliables en todo. No tengo una opinión clara sobre la propuesta, pero lo que me ha llamado la atención ha sido su trascendencia y la intervención inmediata de diversos gobiernos. Admito que el fútbol puede ser un asunto de interés público, pero a juzgar por las reacciones, parecería más bien que fuese un auténtico servicio público, y los clubes… supuestamente deberían comportarse como ONG o algo así. Lo curioso es que lo que puede servir para el baloncesto, algunos lo juzgan inadmisible en el fútbol, por elitista e insolidario. Y es verdad que el fútbol es realmente especial, porque probablemente mueve emociones y pasiones con mayor intensidad y generalidad que otros deportes. Y esto, desde luego, es algo que entendemos quienes somos aficionados, no tanto al fútbol, sino a un equipo determinado. Como con el amor, nadie que no lo experimente puede entender ciertas cosas.
Escribí hace unos días en redes sociales que a mí, si “mi” Atleti estaba, la Superliga me parecería interesantísima, pero desde el mismo momento en que abandonó el proyecto, este perdió para mí todo atractivo. Mis lectores más asiduos ya lo saben: me gusta ver al Atleti siempre (aunque por supuesto, también el Toledo y la selección son equipos de mis amores), y lo demás del fútbol no me interesa gran cosa. Alguien me contestó que le gustaban más mis opiniones jurídicas y otros asuntos que suelo tratar desde un punto de vista más racional, pero… he de ser sincero. Por lo demás, cuando esta verdadera pasión se canaliza y no se deja desbordar, me parece que es positiva. Todos tenemos nuestro corazón, y no me parece mal dejar que se exprese en estos aspectos que en el fondo sabemos que son triviales. Desde luego (esto es una obviedad) eso ha de ir acompañado del rechazo a cualquier expresión violenta, porque donde hay violencia no puede haber amor. Por lo demás, un verdadero aficionado del Atleti, por ejemplo, no puede dejar de ver que, en esto, tiene más en común con otro aficionado del Real Madrid (o del Barça) que con alguien que no tiene interés en el fútbol. Lo mejor del fútbol bien entendido es que une mucho y ayuda a hacer amigos…
Fuente de la imagen: https://as.com/futbol/2021/04/18/internacional/1618751757_925182.html