Milán
Aunque la idea pueda tener algo de tópico, una característica bastante común en los italianos es su estilo y elegancia. Uno (o una) puede ir vestido con un traje elegantísimo e impecable o con unos vaqueros, una camiseta y unas gafas de sol, pero seguro que en ambos casos el atuendo no es en realidad nada “casual”, sino que todo (y en especial la marca) estará minuciosamente pensado y cuidado. Y esta idea se manifiesta en Milán mejor que en ningún otro lugar. La capital de Lombardía es una ciudad en la que los establecimientos de Versace o Armani son un atractivo de un nivel casi igual a la Catedral, aunque sólo sea para ver los escaparates y a la gente que entra, porque comprar no está al alcance de cualquiera.
Por supuesto, y al margen de la anterior exageración, solamente con referirnos a la Catedral gótica con fachada neogótica, que es sin duda una de las más espectaculares de Europa, justificaríamos sobradamente la visita. Pero Milán es mucho más: un centro urbano cuidado, con cierto sabor tradicional y sus encantadores tranvías, y por supuesto con mucho estilo, que se puede simbolizar en la famosa Galería Vittorio Emanuele; el agradabilísimo y ambientado Parco Sempione, lugar ideal para el paseo y la relajación; una larga lista de museos y actividades culturales, con sedes de renombre internacional como el Teatro alla Scala, un auténtico “santuario” de la Ópera. Milán es una ciudad con muchas dimensiones, una capital cultural y financiera de primer orden, con una magnífica ubicación y excelentes comunicaciones para desplazarse a otras ciudades de Italia o hacia los Alpes; una ciudad que vive por y para la moda… y el fútbol, otra de las grandes pasiones italianas, que encuentra en San Siro su particular y pagano “templo”. La más europea de las ciudades italianas es también una ciudad compleja y con sus propios contrastes que le dan una personalidad híbrida y abierta: si uno llega desde Roma, la ciudad le parecerá algo así como Zurich, europea, ordenada y pulcra; pero si llega desde Zurich, le parecería como Roma, latina, bulliciosa y ajetreada.