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Conocer la Historia

Como profesor de Derecho, cada año echo más de menos, en algunos alumnos de primer curso, bases mínimamente sólidas de Historia y también de Filosofía o Historia del pensamiento político. Es difícil hablar de Constitución sin entender los orígenes del constitucionalismo, sin saber lo que supuso la Revolución Francesa o la independencia de las trece colonias, sin tener idea del pensamiento de Locke, Rousseau o Montesquieu, entre tantos otros. Por supuesto, todavía algunos alumnos conocen, aunque sea de manera muy básica o rudimentaria, estos acontecimientos y a estos pensadores. Pero cada vez menos, y me temo que esto va a empeorar mucho más con los nuevos currículos de los distintos niveles preuniversitarios. Y el problema es que estas bases no son solo necesarias para estudiar Derecho, sino que debían serlo para cualquier estudio universitario, como también lo es saber lo que es la tabla periódica, los principios elementales de la Física, lo que es una magnitud, una regla de tres o una fracción. Pero en cada nueva reforma… las Humanidades y las Ciencias Sociales suelen ser siempre las más perjudicadas.

El problema ahora no es solo que vaya a haber menores bases, sino que algunas disciplinas prácticamente desaparecen, otras arrinconan los parámetros más elementales de enseñanza, y todo ello se produce en el contexto de un indisimulado propósito de adecuar los principios rectores de la enseñanza al programa del Gobierno, y eso se llama lisa y llanamente adoctrinar. Desde luego, si alguien llega a la Universidad sin un conocimiento mínimo de la Revolución Francesa, hay algo que está funcionando muy mal en el sistema educativo. Y eso, que ya estamos viendo en algunos casos, tiene todo el riesgo de generalizarse con un programa de Historia en el que esta cuestión deja de ser obligatoria y común. Pero no solo esta, sino el mismo estudio de la Historia dividido en períodos, o cualquier acontecimiento relevante. Eso desaparece para no incurrir en “enfoques academicistas”. Eso sí, ahora tendremos bloques temáticos como “marginación,  segregación, control y sumisión en la historia de la humanidad”. La Filosofía, directamente desaparece. Ahora ya no es que los alumnos vayan a llegar a la Universidad sin haber leído a Locke o a Rousseau, es que ni sabrán quiénes son. Pero no se preocupen, tendremos “Matemáticas inclusivas” y en Física y Química se contribuirá a construir una sociedad “más justa, equitativa e igualitaria”. Y gracias a la memoria democrática los alumnos sabrán que el único momento de democracia real y pura en la Historia fue la II República… aunque ni siquiera sean capaces de ubicarlo.