Plazas de Toledo, Juan de Mariana

Es a mi juicio una de las más espectaculares plazas de la ciudad, aunque siempre parece quedar en un segundo plano ante las de Zocodover y del Ayuntamiento, que asumen casi todo el protagonismo. Su principal atractivo consiste en que permite, desde un mismo lugar, contemplar dos de las más valiosas iglesias del casco histórico. En primer lugar, de forma más inmediata, la de San Ildefonso (Jesuitas), realizada en lo que podríamos denominar “estilo jesuítico” que sigue el modelo del “Gesú” de Roma y “la clerecía” en Salamanca, que preside la propia plaza con su imponente fachada barroca, con su doble fila de columnas y sus torres, que dejan entrever, más atrás, la espectacular cúpula. Por la altura del lugar en que se emplaza y por la de su propia cúpula, está iglesia constituye uno de los elementos más característicos del “skyline” toledano, si se me  permite el barbarismo. Pero, por otro lado, desde esta plaza se puede contemplar también una de las más atractivas e inesperadas vistas de la torre principal de la Catedral, que se divisa justo enfrente de la fachada jesuítica, aunque para llegar a la misma habría que descender, bien por el callejón de Jesús y María, o bien llegar a la calle Nuncio Viejo por el impresionante Callejón de Orates, uno de los más estrechos (si no el que más) del casco histórico, verdaderamente llamativo, y sobre el cual queda literalmente “colgada” la propia plaza Juan de Mariana. Es también una joya imprescindible para nuestra ciudad, ubicada casi en la misma plaza, la portada Mudéjar del convento Madre de Dios, recientemente descubierta y restaurada.

 

Por lo demás, nuestra plaza nos remite también a la Historia, ya que la misma fue propiedad del conde de Orgaz, que trasladó la ermita de San Antón allí existente para ganar espacio en la propia plaza. Más tarde el lugar se vincularía a los jesuitas, que ubicaron aquí iglesia y centro de enseñanza (donde hoy está la sede de la Agencia Tributaria) hasta su expulsión, e incluso su nombre nos remite directamente al famoso jesuita talaverano (1536-1624) que falleció en nuestra ciudad y fue uno de los principales representantes de la “Escuela de Salamanca”, defendiendo teorías sobre el derecho de propiedad y la resistencia a la tiranía, siendo también autor de libros de interés, como su “Historia de España”.